El peor panorama de la humanidad
es sin duda alguna la Guerra.
Por: José Manuel Alejandro Magaña.
El hombre si mata hombre, haciendo una adaptación al dialogo
de Cesar en la película el planeta de los simios confrontación, cuando le dice
a koba “simio no mata a simio”, aparentemente los mensajes nos quedan claros,
el hombre es el actor intelectual de la destrucción y no lo digo yo, lo dicen
las actitudes y nuestras acciones.
¿Qué tan cerca hemos estado de una guerra?, en una sala de
cine con tintes ficticios llena de mensajes patrióticos de nuestros queridos
vecinos, donde los buenos siempre triunfan contra el mal, también lo
encontramos en la calle, en la interminable lucha contra la delincuencia, en
los medios de comunicaron que cubren fiel mente esta guerra contra el
narcotráfico al que no se le ve un final; pero en si ¿Qué es la guerra?, a caso
será la destrucción del hombre y su sociedad, donde mueren inocentes, donde no
importa la edad ya que todos por igual son convocados a morir por una causas a
las que son indistintos.
Hombre si mata Hombre, mata Niños, Ancianos, Mujeres,
Animales y destruye todo lo que se le interponga para poder llegas a su fin, para
muestra bombarderos Israelíes han dejado 220 palestinos muertos y mas de 600
heridos, según lo reportan fuentes medicas.
Cuatro niños palestinos de una misma familia, murieron ayer
en un ataque de la Marina de Guerra Israelí a una playa en la Franja de Gaza,
en el noveno día de la ofensiva de Israel en la zona, horas después Hamas y Tei
Aviv, acordaron para hoy una tregua humanitaria de cinco horas.
Pero tres cohetes fueron lanzados de la franja de Gaza, los
cuales cayeron en Eshkkol al sur de Israel, tales artefactos no causaron daños
alguno y mucho menos victimas humanas, por lo que el cese al fuego humanitario
entre los ejércitos de Israel y el movimiento islámico fueron violados al
realizar estas acciones, así lo reporto la edición electrónica del diario Haaretz.
Lamentablemente la guerra es así, se cobraran vidas de
inocentes, estos niños que murieron en las horas acordadas de cese humanitario,
cuando los menores para aligerar su
miedo salieron a jugar futbol, sin imaginarse que ese seria su ultimo
juego.
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